Ciudadanos, Podemos, y el dilema del apoyo
Los nuevos partidos del escenario político español, Ciudadanos y Podemos (con sus distintos sabores municipales), se enfrentan a su primera gran decisión, tanto en las elecciones municipales como en las autonómicas. Y es que, tanto si apoyan al PP (en el caso de C's) o al PSOE (ambos), o dejan que gobierne la lista más votada sin participar ni apoyar al respectivo, serán duramente criticados
Y pasa por todos lados. En Gijón, Podemos (o su nombre local, pero aunque no me gusta al ser agrupaciones, generalicemos para el post) no va a apoyar al PSOE para la alcaldía, entregándosela a Foro Asturias, por lo que es criticado (y además, el PSOE en pataleta no apoyará a su correspondiente candidato en Oviedo, cediéndole la alcaldía al PP). Sin embargo, en Castilla-La Mancha probablemente apoye al PSOE de Page para ser presidente, lo que también será criticado por pactar con la casta. En este último caso, también serán odiados si permiten a Cospedal serguir gobernando. Y veremos que pasa en Valencia.
Pero quizá sea más claro todavía con Ciudadanos. Como partido bisagra que quiere ser, se ve en la tesitura de permitir la gobernabilidad de Andalucía apoyando a Susana Díaz, y la de Madrid, apoyando a Cristina Cifuentes. En ambos casos, poniendo por delante unos compromisos a cumplir por quién quiera firmar, que por supuesto entran dentro de la negociación.
Y es que estas son las reglas que nos hemos marcado.Las elecciones están para lo que están, y si los españolitos de a pie seguimos queriendo por mayoría a los de siempre, los nuevos tienen que jugar al juego en el que estamos todos metidos. Y no se puede intentar - o al menos yo no lo considero legítimo del todo, igual que siempre se ha criticado a los partidos nacionalistas - ser el partido que toma las decisiones porque tienes un solo diputado que es decisivo.
Sin embargo, y aún teniendo en cuenta todo esto, hemos dado un paso importante. Aún con apoyos para formar gobiernos, las no mayorías absolutas con disciplina de voto hacen que podamos ver un escenario de negociaciones y debates para cada ley que se pueda aprobar.. El primer ejemplo lo ha dado Carmona en Madrid apoyando a Carmena a cambio de pasar más competencias (y por tanto más control) a la Asamblea. Y es que es así como debe ser. Y no descartemos mociones a mitad de legislatura, cuando los pactos no se cumplan o más casos de corrupción aparezcan, que para eso están. Y es que nos hemos mal acostumbra a, en aras de la gobernabilidad, que haya que darle el poder omnímodo a un partido para que haga lo que le venga en gana sin rendir cuentas a nadie, y lo vemos como algo positivo.
Y para las generales, que ya están ahí al lado, las voces ya están clamando y los cuchillos afilándose contra Podemos, que pacta con la casta, o Ciudadanos que permite la continuidad. Si esto no les castiga mucho, porque no parece que vaya a hacerles más fuertes hagan lo que hagan, la formación del gobierno nacional se presenta todavía más interesante.
NOTA: Tampoco es descartable que los nuevos partidos, y sus miembros, al verse con poder caigan en los mismos errores y problemas que sus predecesores. Pero eso ya tendrá que castigarlo el votante en el futuro Esperemos (y estoy seguro de que será así) que con más dureza que hasta ahora.
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