No hay peor ciego que el que no quiere ver

No hay peor ciego que el que no quiere ver

Zapatero debería darse cuenta de que, con la que está cayendo en el PP (con espías que ya están en el olvido, cismas y peleas internas, financiación supuestamente ilegal y regalos varios),  el hecho de que éstos sigan aventajándole en las encuestas, e incluso ampliando su ventaja, no se explica solo con la crisis económica. Hace falta que haga una reflexión profunda, que deje de vivir en el mundo de la piruleta y se de una vuelta por la calle con otros ojos para que vea un poco lo que de verdad le rodea.

Lleva cinco años en el poder en los que no ha sabido vender ni una sola de sus políticas cuando eran vendibles, y ahora, que ya va cayendo por los rápidos de la crisis, sin remo y sin timón, debería al menos tomar una decisión para girar hacia un lado o hacia otro, pero dejar de dar tumbos a la derecha y a la izquierda, porque así sólo se consigue avanzar más rápido y llegar a la catarata que siempre hay al final.

Las medidas a futuro (IVA, supresión de la desgravación por vivienda) no son válidas para actuar contra la crisis actual y sólo sirven para acentuar la imagen de improvisación e incapacidad que sus opositores le colocan, no sin razón. El resto de medidas, con el Plan E a la cabeza, sólo han sido un paño caliente de verano para frenar el paro y evitar que se destruyan todavía más empresas y puestos de trabajo. Pero para cambiar el modelo productivo y el motor de la economía española, de forma que consigamos salir de la que estamos metidos y en unos añitos podamos de verdad decir que este país tiene futuro, hace falta un replanteamiento más profundo.

Espero que en algún momento se le acabe la iluminación y empiece con la política que muchos esperábamos de su gobierno: acabar con la economía sumergida, subida de los impuestos a los ricos (empezando por las SICAV), apuesta por la investigación, el desarrollo y la innovación (si, supongo que les sonará de algo, las famosas siglas i+D+i a las que les han aplicado unas buenas tijeras) y otras muchas medidas que se esperan de un gobierno de izquierdas, miembro (invitado no permanente y no por mucho tiempo) del G20 y en breve presidente de Europa.